«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no simplemente la ausencia de enfermedad o dolencia». Esta definición de ‘salud’ contenida en la Constitución de la Organización Mundial de la Salud es perfectamente aplicable al concepto de ‘bienestar organizacional’. Se pueden tener las cuentas en orden, pero esto no significa que la organización esté sana, para establecerlo es necesario considerar varios parámetros, el primero de los cuales son las personas que la integran.
Con la intención de identificar nuevas formas y soluciones para soportar el bienestar organizacional, Oracle y Workplace Intelligence, firmas de consultoría e investigación de recursos humanos, han llevado a cabo un estudio para verificar el impacto de la Covid-19 en la salud psicológica en el lugar de trabajo.
La investigación, que involucró a más de 12.000 personas, entre empleados, gerentes, recursos humanos y altos ejecutivos en once países de todo el mundo, encontró que la pandemia ha aumentado el estrés, la ansiedad y el riesgo de agotamiento en el lugar de trabajo. El 62% de las personas encuestadas encuentra el trabajo a distancia más interesante ahora que antes de la pandemia, por tener más tiempo para pasar con la familia (51%), descansar (31%) y completar sus tareas (30%). Sin embargo, el 70% ha experimentado mayor fatiga y ansiedad. Esto tuvo un impacto negativo en el bienestar psicológico del 78% de la fuerza laboral global, causando más estrés (38%), falta de equilibrio entre la vida laboral y personal (35%), agotamiento (25%), depresión por falta de socialización (25%) y soledad (14%).
Las nuevas formas de presión generadas por la situación global se han sumado a los factores de estrés habituales relacionados con el trabajo, entre ellos la presión por lograr resultados (42%), la gestión de tareas aburridas y / o rutinarias (41%) y el tener que lidiar con cargas de trabajo que se perciben como imposibles de gestionar (41%). Además, como los límites entre el mundo personal y profesional se han difuminado con el trabajo remoto, el 35% de las personas dijeron haber trabajado más de 40 horas extra cada mes.
En el bienestar y la calidad de la experiencia laboral influyen elementos como los espacios de trabajo y la flexibilidad en la gestión de tiempos y objetivos, las interacciones con compañeros y directivos, la conciliación de la vida laboral y personal, las herramientas tecnológicas para que el trabajo sea más eficiente y, por supuesto, la retribución y los beneficios. Gartner enfatiza que la tecnología ayuda a asegurar el desempeño y el compromiso, pero la llamada ‘employee experience‘ se basa en primer lugar en una nueva mentalidad y requiere una estrategia precisa que anteponga los valores considerados importantes por el trabajador. Según Gartner, las empresas que apoyan los valores de los empleados mejoran su rendimiento en un 20%.
En este sentido, algunas herramientas concretas para generar bienestar y salud organizacional, con las que motivar y retener talentos, podrían ser una creación acertada e inteligente del equipo de trabajo, la presencia de una guardería en la empresa, un comedor orgánico con materiales libres de plástico, el uso de energía procedente de fuentes renovables. Solo alineando empresa y trabajadores bajo valores compartidos se pueden mejorar los resultados de manera efectiva y duradera.
Sin duda se puede hacer mucho para fortalecer la salud mental de los trabajadores, pero, en primer lugar, las organizaciones deben aceptar poner el bienestar físico y mental de las personas entre sus prioridades. Si somos capaces de iniciar una reflexión abierta y constructiva sobre este tema, tanto a nivel de recursos humanos como de gestión, podemos activar un cambio radical. Y es precisamente la tragedia de la pandemia la que nos ordena empezar a hacerlo ahora, a partir de la adopción definitiva de un nuevo tipo de liderazgo basado en la humildad, el altruismo y la gentileza.
En el imaginario colectivo tradicional, la figura del emprendedor exitoso aún contrasta con un enfoque basado en la gentileza. Todavía es muy frecuente la idea de que cortesía y afabilidad no tienen cabida en el mundo del trabajo, que se considera despiadado y competitivo por naturaleza. Sin embargo, la mayor atención que, afortunadamente, se está comenzando a prestar al bienestar en el lugar de trabajo ha revelado que acoger y promover la cultura de la gentileza en la empresa no solo protege la salud de los trabajadores, sino que puede tener un impacto positivo en los resultados.
Con motivo del Día Mundial de la Gentileza, el viernes 13 de noviembre, InfoJobs ha presentado los resultados de una investigación llevada a cabo para comprender si y cómo la Covid-19 ha cambiado la percepción de la gentileza en el trabajo. La demostración de que los tiempos están cambiando viene de un primer dato: el 65% de los entrevistados considera la gentileza en el trabajo una fortaleza, para el 20% es incluso un elemento esencial. En clara minoría los que destacan los aspectos negativos, identificando la gentileza como una ilusión (6,2%), una debilidad (1,5%) o una táctica para sacar ventajas (7,4%).
Sin embargo, cuando habla de su propia empresa, solo el 36,1% de los encuestados sostiene que la necesidad de gentileza será pronto un dato adquirido, así como la conciencia de que cuanto más apreciado se sienta el trabajador, mayor será su dedicación y productividad. La mayoría de la muestra es más pesimista: el 18,2% piensa que, aunque se encontrara cabida para la gentileza, sería puramente por una cuestión de apariencia y reputación, mientras que para el 45,7% su empresa seguirá apostando por un clima riguroso y competitivo, porque es percibido como más útil para la productividad. Finalmente, el 59% de los encuestados cree que su jefe no considera el liderazgo gentil como un elemento importante (41,5%) para lograr resultados.
Nosotros damos por asumido que ser un buen líder significa, ante todo, saber escuchar, motivar y sacar el potencial del grupo, por tanto está claro que un liderazgo basado exclusivamente en el poder tiene todos los números para convertirse en una bomba de relojería que podría estallar en un momento inesperado, colapsando parte de la organización y creando un efecto dominó devastador.
En estos casos, de hecho, a medio plazo el equipo suele manifestar apatía, desmotivación y falta de compromiso, hasta llegar a renuncias repentinas, así como periodos de baja prolongada, con graves consecuencias en la consecución de los objetivos marcados por un líder que aún no tiene claro el concepto de que el liderazgo no se impone sino que se conquista.
Por tanto, la pregunta hoy es: ¿es posible fomentar la gentileza en el lugar de trabajo cuando el lugar de trabajo se desmaterializa? La respuesta es sí. La escucha y el apoyo siguen siendo acciones diarias posibles incluso a distancia, lo que confirma que para ser un equipo no es necesario trabajar codo con codo. A distancia o en presencia, la gentileza en el trabajo sigue siendo importante porque permite encontrar la serenidad y la empatía en un momento difícil, incluso detrás de una mascarilla.