Hasta hace poco, el currículum de un profesional era una larga lista de experiencias y habilidades técnicas. Solo algunos, unos pocos, a veces reservaban un pequeño anexo final para indicar más características personales. Más para llenar el espacio, que para influir de verdad en las decisiones del reclutador.
Características como: aprender a aprender; saber pedir ayuda en caso de necesidad; ser claro y cortés en las conversaciones; no tener miedo de reconocer y enfrentarse a un conflicto. Hoy, sin embargo, son estas (y otras) habilidades las que determinan el éxito o el fracaso de una entrevista de trabajo y de una entera carrera de liderazgo.
Según una investigación publicada en 2018 por McKinsey, la demanda de estas habilidades transversales aumentará en un 30% para 2030. Así mismo, Adecco ha observado que las las soft skills determinarán cada vez más la empleabilidad del futuro, con un impacto positivo en los salarios que puede superar el 42%.
Por su parte, el Stanford Research Institute International ha llegado a la conclusión de que el 75% del éxito de un trabajo a largo plazo depende del dominio de las soft skills y solo el 25% de las habilidades técnicas. Finalmente, una encuesta de 2016 de The Wall Street Journal reveló que el 92 por ciento de los ejecutivos considera que las habilidades sociales y las habilidades técnicas son, por lo menos, igualmente importantes.
En suma, las soft skills son lo que diferencia a un candidato adecuado de uno ideal. Ya no son opcionales, de hecho, las habilidades transversales son precisamente aquellas que te permiten dar un salto en tu carrera.
¿Cuáles son las soft skills más solicitadas?
El Foro Económico Mundial (FEM) ha identificado las 10 habilidades consideradas esenciales para el año 2020, comparándolas con las requeridas en 2015:
(Fuente: FEM, 2018)
El FEM identifica la resolución de problemas, la creatividad, la capacidad para trabajar en equipos y la inteligencia emocional así como la capacidad de tomar decisiones de forma independiente entre las habilidades más importantes y relevantes para las empresas. En mi opinión, sin embargo, la inteligencia emocional es más bien una condición necesaria para el desarrollo de todas las demás cualidades.
Las habilidades transversales se dividen en dos categorías:
Las habilidades transversales internas, es decir, aquellas que tienen que ver con la forma en que las personas interactúan con ellas mismas y con su personalidad:
- Confianza en si mismo
- Autocrítica
- Resolución de problemas
- Actitud hacia el crecimiento y mejora constante
- Perseverancia
- Flexibilidad
Las habilidades transversales externas, que conciernen a la gestión de las relaciones y la gestión de las personas:
- Habilidades comunicativas
- Presencia ejecutiva
- Habilidad para trabajar en equipo
- Gestión de conflictos
- Influencia y liderazgo
La centralidad atribuida a las soft skills es coherente con las transformaciones del contexto global, que cambiarán profundamente la jerarquía de las habilidades laborales requeridas. Las habilidades sociales son cada vez más importantes y, en particular, la capacidad de aprender y re-aprender, la creatividad y la originalidad, asumirán un papel predominante. Esto se debe a que, en un futuro próximo, los ritmos de innovación y cambio serán incluso más rápidos que hoy en día.
La capacidad de aprendizaje, implementando estrategias definidas, se volverá aún más importante que la resolución de problemas. El líder del futuro tendrá que saber analizar los puntos críticos, pensando en soluciones innovadoras que, entre otras cosas, aprovechen las mejores características de sus colaboradores. Para hacer esto, tendrá que poner en práctica toda su capacidad de aprendizaje.
Cómo cultivar las soft skills
La evaluación de las soft skills a menudo puede marcar la diferencia y ser decisiva a la hora de elegir el mejor candidato y completar con éxito un proceso de recruitment. Basta con decir que, según LinkedIn, el 89% de las contrataciones fracasan debido a una valoración errónea sobre el potencial del candidato en las soft skills, mientras que solo en el 11% de los casos el error se refiere a las hard skills. De manera similar, para el 92% de los reclutadores, las soft skills ya son más importantes que las hard.
(Fuente: LinkedIn, 2018)
Las habilidades transversales son más difíciles de adquirir que las habilidades técnicas, específicas y transmisibles, y también son más difíciles de medir. Cada vez más, los candidatos a puestos de trabajo se enfrentan a desafíos o situaciones hipotéticas que deben resolver para probar su capacidad para trabajar en equipo, resolución de problemas o creatividad.
Por otro lado, cada vez más compañías están empezando a preferir la contratación de empleados con escasa experiencia que pueden crecer internamente, desarrollando habilidades que sean directamente útiles para la empresa. Sin embargo, estas personalidades deben reflejar modelos precisos para que ese compromiso a largo plazo resulte conveniente para la organización, ya que, además, los costes iniciales son más altos.
Por esta razón, en el currículum se valoran cada vez las soft experiences, experiencias de vida o laborales que demuestren la presencia real de las soft skills: experiencias en el extranjero, liderazgo de un grupo no necesariamente de trabajo (deporte, voluntariado), intereses amplios y laterales. Lo que se busca es la capacidad de aprender de forma continua, adaptándose a necesidades nuevas y en constante evolución. La buena noticia, es que incluso las soft skills se pueden enseñar y aprender.
Según la Teoría del aprendizaje social de Albert Bandura, las personas aprenden principalmente a través del comportamiento observable de los demás. Con el modelado, nos formamos una idea sobre cómo se realizan los nuevos comportamientos. Posteriormente, la información codificada nos sirve de guía para la acción. El ejemplo proporcionado por el líder y el grupo es, por lo tanto, fundamental para el desarrollo de estas cualidades, cuya curva de aprendizaje es acelerada por la actividad social. El coaching interno y la mentoría son dos excelente herramientas para modelar el comportamiento de los gerentes y empleados.
El déficit de soft skills
(Fuente: LinkedIn, 2018)
De acuerdo con el informe ‘2017 Deloitte Global Human Capital Trends’, las compañías están intentando reunir profesionales adaptables y centrados en el trabajo en equipo para satisfacer las necesidades futuras. Según se puede leer en el informe: “Los nuevos modelos organizativos también requieren un nuevo enfoque para el liderazgo. Los líderes de los equipos en organizaciones ágiles requieren habilidades como la negociación, la resiliencia y el pensamiento sistémico”.
Sin embargo, el CEO de LinkedIn, Jeff Weiner, avisa de que existe una brecha significativa entre las habilidades interpersonales más requeridas por las empresas y la cantidad de talentos que las poseen. En su informe de 2019, LinkedIn asegura que las cinco soft skills más demandadas son: creatividad, persuasión, colaboración, adaptabilidad y administración del tiempo.
Así mismo, un estudio realizado por el Graduate Management Admission Council encontró que, aunque los MBA encuestados eran fuertes en aptitud analítica, experiencia cuantitativa y capacidad de recopilación de información, carecían de otras áreas críticas que los empleadores encuentran igualmente necesarias: pensamiento estratégico, comunicación escrita y oral, liderazgo y adaptabilidad.
Con la Cuarta Revolución Industrial que sigue avanzando, los empleadores exigen una mayor combinación de habilidades. A medida que tecnologías como la automatización y los algoritmos crean nuevos trabajos de alta calidad y eliminan a otros, la demanda de tales competencias aumentará. Finalmente las soft skills no son tan “soft”.
Fortalecer las soft skills es una de las mejores inversiones que un profesional pueda hacer en su carrera, ya que nunca pasarán de moda. Además, las disruption digital hace patente la necesidad de habilidades sociales, algo que los robots no pueden automatizar.