“Cuida de tus empleados porque ellos cuidarán de tu empresa”. Las palabras de Richard Branson expresan un concepto tan simple como poderoso: los empleados satisfechos son los empleados más productivos. De hecho, un estudio muy citado de 2016 muestra que las empresas que invirtieron en programas de salud y bienestar para su plantilla vieron aumentar el valor de sus acciones en un 325%, mientras que las que no lo hicieron crecieron un 105%.
Sin embargo, según Gallup, el 87% de los empleados está desmotivado, lo que provoca una pérdida de productividad valorada en 500.000 millones de dólares a nivel mundial. Pero eso no es todo, el Harvard Medical School ha indicado que el 96% de los líderes experimenta burnout y, en Europa, 40 millones de trabajadores sufren “estrés relacionado con el trabajo”. El estrés es una epidemia moderna.
Estas tendencias están directamente relacionadas con el bajo compromiso de los empleados que, a su vez, se traduce en una pérdida de ingresos del 32,7%, un 37% más de absentismo y un 49% más de accidentes laborales. Es evidente que es urgente acelerar un cambio cultural hacia nuevos modelos organizativos.
Las Organizaciones Positivas buscan el equilibrio en los resultados y contribuir a moldear la sociedad en la que operan a través de la excelencia, la dinámica afirmativa y la participación positiva. Una Organización Positiva es un lugar donde las personas prosperan en las relaciones con los demás, logran resultados individuales y colectivos que tienen sentido y superan las expectativas de todos.
Para florecer, las personas deben sentirse bien, comprometidas, y libres de explotar las ventajas de la condición fisiológica producida por la química de la positividad. Varios estudios científicos, de hecho, muestran que las emociones impactan directamente sobre nuestro desempeño. Sustancias como la dopamina, las endorfinas, la oxitocina y la serotonina activan los centros de aprendizaje, la memoria, aumentan la creatividad, la concentración y las habilidades para resolver problemas.
Por el contrario, el cortisol (la hormona del estrés), la adrenalina y la norepinefrina, si permanecen mucho tiempo en circulación, tienen un efecto nocivo para la salud y generan sentimientos como el miedo, la frustración, el conflicto, la inadecuación. El ciclo de negatividad lleva a las personas a desmotivarse y a un desempeño deficiente.
Las evidencias y los estudios de campo sobre este tema están demostrando que las Organizaciones Positivas pueden lograr resultados que superan las expectativas:
+300% en capacidad de innovar (HBR)
+44% de impacto en la retención (Gallup)
+37% en incremento en ventas (S. Achor)
+31% en aumento de la productividad (S. Achor)
En las Organizaciones Positivas se fomenta la cultura del ‘Nosotros’ y sus líderes crean las condiciones para estimular y premiar conductas orientadas a la cooperación, la implicación, el soporte y la escucha, interpretando las organizaciones no sólo como sistemas mecánicos, sino también sociales.
Todos sabemos que nuestra naturaleza es profundamente social y que la cooperación constituye una ventaja evolutiva: se llama capital social y es nuestra capacidad de construir relaciones sólidas y de confianza a lo largo del tiempo. La expresión del potencial, el bienestar emocional, la salud de los sistemas inmunológico y neuroendocrino, la resiliencia, la capacidad de lidiar con el estrés y las dificultades también dependen del capital social.
Las Organizaciones Positivas y sus líderes diseñan ambientes de trabajo amigables, implementan comportamientos y procesos que favorecen una química positiva, por ejemplo, apostando por la autonomía de decisión y la implicación, cuidando los espacios, comunicando con generosidad, expresando apreciación positiva y también siendo firmes y cargando con el peso de las decisiones que responden a un bien superior al individual.
Las Org+ son lugares donde las personas experimentan relaciones saludables y oportunidades de enriquecimiento y desarrollo mutuo, donde los empleados se sienten realizados por lo que hacen, construyen su propósito y se reflejan en los valores corporativos. Cuando las personas están orientadas hacia el bien común, tienden a unirse, a trascender el interés propio y a esforzarse y sacrificarse por el grupo. Por eso, las Organizaciones Positivas aspiran a influir en la sociedad, promoviendo y actuando según la lógica del ingenio, la sostenibilidad, la solidaridad y el aprovechamiento de todas las reservas de talento, sin dejar de lado a nadie.
La Organización Positiva es un modelo cultural basado en la conciencia de que la empresa es un sistema complejo y adaptativo que cambia constantemente a través de interacciones internas y externas en un esfuerzo coherente que debe aplicarse en todos los niveles organizativos. Las cuatro dimensiones de este modelo son:
La cultura organizacional. Una Org+ promueve la transformación cultural al orientar la organización hacia un propósito fuerte, anclado a objetivos colectivos, capaz de generar un impacto social y promover el bien común. Se pregunta: ¿confiamos en las personas? ¿El bienestar y la plenitud forman parte de nuestros valores? ¿Cuál es el aporte e impacto que estamos dejando en la comunidad y en el territorio en el que operamos? ¿Cómo nos guía nuestro propósito para contribuir a un cambio positivo en la sociedad?
La evolución de la sociedad y los cambios económicos, políticos, culturales, tecnológicos y ecológicos. Una Org+ hace de la positividad una estrategia corporativa coherente. Se pregunta: si el burnout y la depresión son un problema emergente que podría afectar a las personas que viven en mi organización, ¿qué puedo hacer para reducir el riesgo y así evitar impactos negativos en la productividad, el compromiso, la innovación?
El liderazgo y los modelos mentales de quienes lideran la organización. En las Org+ se cultiva y difunde a todos los niveles un liderazgo inspirador y colaborativo, porque no hay organizaciones positivas sin líderes positivos. ¿Cómo comunican y envían feedback? ¿Qué tipo de conductas promueven? ¿Son consistentes con lo que afirman y hacen?
Los procesos organizativos. La Org+ elige, diseña y gestiona procesos y prácticas alineadas con la estrategia identificada y capaces de generar bienestar y percepción de coherencia. Se pregunta: ¿debemos tener reuniones todos los días, incluso cuando no hay necesidad? ¿Estamos seleccionando de acuerdo a los valores de la organización? ¿Cuánto cortisol generan nuestros procesos de evaluación del desempeño?
Si no hay coherencia en las cuatro dimensiones, cualquier esfuerzo por introducir y difundir prácticas de bienestar y sostenibilidad, incluso las más avanzadas e innovadoras, pueden resultar ineficaces o contraproducentes. La positividad nace de una dimensión relacional y fiduciaria, y generar confianza es el resultado de una relación no instrumental basada en la reciprocidad.
De hecho, la confianza entra en crisis cuando se impone la creencia de que la eficiencia es suficiente para garantizar el crecimiento, y que el mercado puede prescindir de la contribución y expresión positiva de las personas. Por el contrario, los procesos eficientes y transparentes y el estímulo continuo a la innovación deben basarse en la centralidad del individuo, posiblemente un individuo satisfecho que obra por una sociedad justa.