En todas las crisis hay ganadores y perdedores. Sin embargo, en 2009 algunos sectores bajaron un 40%, algunos lo hicieron un 60%, mientras que otros tan solo un 20% y otros incluso crecieron. ¿Cuáles son las líneas de tendencia que han seguido los ganadores en los ámbitos de gestión de personas y gestión de organizaciones? ¿Qué evolución están teniendo los organigramas, la comunicación y la gestión del talento? ¿Por qué estas tendencias están ayudando a que los mejores tengan más de un 350% de incremento de ingresos y más de un 200% de margen que la media?
Compartir el liderazgo. Debemos poner el proceso de toma de decisión en el nivel más bajo posible, ya que las organizaciones son cada vez más complejas, más funcionales y, en consecuencia, menos jerárquicas. El líder no tiene por qué ser el jefe. Las empresas tienen que salirse de los esquemas piramidales y buscar sistemas más efectivos. Las personas no dependen del directivo, éste depende de ellas.
Hay que conseguir el compromiso de todos, más allá del trabajo o los egos personales. Debemos hacer que todos piensen de forma global y que no estén sólo pendientes de su trabajo. Las organizaciones que siguen creciendo, pese a la crisis, lo hacen por su especial enfoque a la gestión del talento, que debe ser motivado, educado y puesto a prueba para que pueda aprender a andar solo. Cada vez más personas tienen acceso al mismo cliente y todas tienen que transmitir la misma idea de empresa. Las organizaciones deben apostar por un mayor ‘empowerment’ del empleado, concederle más capacidad de decisión, a través de procesos más funcionales y menos jerárquicos.
Es fundamental orientarse a los resultados (objetivos). Conseguirlos va más allá de egos, de salarios o de organizaciones. Las empresas deben esforzarse por desarrollar profesionalmente a su equipo. Sus integrantes tienen que sentir que les apoyan y que se les ayuda a ser mejores. Los directivos deben ser conscientes del liderazgo que ejercen, saber de la influencia que tienen sobre su equipo y fuera de él. De hecho, la orientación a los resultados se tiene que declinar según los conceptos de autonomía, proactividad, iniciativa. La orientación al resultado, en suma, es una búsqueda de mejora continua. No se trata de hacer las cosas perfectas, sino de hacerlas rápido y bien.
Podemos, entonces, elaborar un decálogo, con las acciones que cumplen aquellas empresas que se están saliendo la crisis de manera favorable, aunque a la mayoría les dé vergüenza reconocerlo…:
- Management con visión de valores y gestión de personas.
- Compromiso con la estrategia y la marca de toda la organización.
- Gestión del cambio para lograr eficacia y adaptación.
- Más personas en contacto con el cliente y mayor transversalidad en el sistema.
- Meritocracia y gestión del talento, herramientas para tomar decisiones.
- Empowerment.
- Comunicación y gestión efectiva.
- Exigencia y pasión por los resultados desde todas las posiciones.
- Desarrollo de las personas mediante sistemas de feedback.
- Desarrollo consciente del liderazgo y la influencia: liderazgo compartido.
Estas diez reglas, son fruto de la observación previa a la acción de las empresas que están afrontando mejor la crisis. Antes de buscar la solución al problema, han intentado comprenderlo para saber plantearlo, porque es más fácil rectificar una mala solución sobre un buen diagnóstico, que una buena solución a un problema mal planteado.
Publicado por El País.