Inteligencia Emocional: La ventaja competitiva del liderazgo femenino

gestión de la diversidad en el trabajo

A medida que los negocios se vuelven más complejos con la globalización, las nuevas generaciones y el ritmo acelerado de la innovación y del cambio, el valor reconocido a los «líderes emocionalmente inteligentes» está ganando terreno. Este proceso representa una oportunidad, especialmente para las mujeres. Un informe de 6Seconds, una organización dedicada al estudio y desarrollo de la Inteligencia Emocional, llevado a cabo sobre más de 24.000 líderes y trabajadores de todo el mundo, muestra como el liderazgo femenino, estadísticamente, tenga una ventaja en tres áreas claves de la gestión de personas y del liderazgo.

La Inteligencia Emocional (IE) está formada por muchos componentes, desde la evidencia estadística apreciamos como las mujeres tienen valores particularmente altos en algunos de ellos, pero no en todos. La brecha más amplia entre los dos géneros se encuentra en la capacidad de predecir las consecuencias emocionales de las acciones, algo que permite a las mujeres ser más estratégicas con los sentimientos. En los aspectos clave de la IE, las mujeres que cubren roles de liderazgo están por delante de sus homólogos masculinos, lo que sugiere que estos elementos diferenciadores pueden ser esenciales para las mujeres para avanzar en sus carreras.
Tanto para los hombres como para las mujeres, los nuevos datos sugieren importantes oportunidades para aprovechar las fortalezas y ser más eficaces en el liderazgo de personas.

La inteligencia emocional permite evaluar con precisión los datos emocionales y manejar esos datos para optimizar las decisiones. Cada vez hay más evidencias de que estas capacidades están vinculadas a mejorar el liderazgo, la eficacia, las relaciones, la toma de decisiones. En resumen, los líderes con altos niveles de IE tiene más facilitad para crear valor económico y social.

A pesar de que mujeres y hombres tengan los mismos problemas a la hora de identificar con precisión, gestionar y aplicar los datos y la energía contenidos en las emociones, la percepción común es que las mujeres están más «sintonizadas» cuando se trata de sentimientos. Y es cierto que numerosos estudios demuestran que las mujeres obtienen un promedio de valores de IE ligeramente superior que el de los hombres en este aspecto.
Así como la inteligencia cognitiva, medida por el coeficiente intelectual, está compuesta por muchos componentes, también la IE es multi-dimensional. Varios modelos teóricos proponen ligeras diferencias en sus integrantes, pero todos reconocen una dimensión ligada a la evaluación precisa de los datos emocionales, una ligada a la gestión o la integración de esos datos y una a su aplicación.

Se podría estructurar éstos elementos en un proceso de tres pasos para poner la IE en acción:

• Conciencia: Quién y qué
• Gestión: Cómo
• Aplicación: Por qué

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El análisis de SixSeconds hecho sobre 24.436 líderes de todo el mundo muestra que las mujeres tienen una ligera ventaja en las tres dimensiones. En la primera, la ventaja es del 1,8%, mientras que es sólo de uno 0,4% en la segunda.

El hecho de que las mujeres tiendan a ser un poco más conscientes de sí mismas no es una sorpresa. Es importante señalar que estos resultados están estadísticamente distribuidos en una campana de Gauss, lo que significa que entre las 12.236 mujeres del ensayo, más o menos 7.300 estarán cerca de la mitad. Unas 1.800 tendrán un nivel mucho más alto de IE y aproximadamente el mismo número uno mucho menor. Lo mismo es cierto para los 12.200 hombres de este grupo. Esto significa que el nivel de IE no es necesariamente más alto en cualquier mujer respecto a su homólogo masculino, pero, en promedio, las mujeres tienen valores más altos.

Dentro de las tres partes que componen el modelo están ocho competencias específicas, medibles y que como tales competencias se pueden aprender. Considerando este punto de vista de forma más detallada, se hace evidente que las mujeres (en promedio) tienen capacidades más fuertes en ciertas áreas de la inteligencia emocional, mientras que los hombres (en promedio) tienen más fuerza en otros componentes.

La mayor brecha de género se encuentra en la competencia llamada “Aplicar el pensamiento consecuente», que permite a las personas hacer una pausa y evaluar los costos y beneficios de sus acciones antes de actuar. Esto requiere una mezcla de información táctica/factual y de datos emocionales humanos para tomar una decisión acertada. Las mujeres (en promedio) anotan un 4,5% más en esta área crucial, lo que sugiere que podrían adoptar un enfoque más considerado y «pensar antes de actuar».

Las mujeres también puntúan un nivel notablemente más alto en las dos competencias de autoconocimiento:
• «Mejorar la alfabetización emocional», que significa identificar y comprender los sentimientos.
• «Reconocer patrones», que significa reconocer las reacciones que se repiten con frecuencia.

Por otro lado, los hombres tienen una ventaja en lo que los investigadores llaman «Navegar las emociones», que permite a las personas aprovechar el conocimiento y la energía de los sentimientos como un recurso estratégico para llevar a cabo la acción: Responder en lugar de reaccionar. Esta es también la zona más baja de puntuación para las mujeres del estudio, lo que sugiere que ellas con más frecuencia se pueden encontrar excesivamente cargadas por sus propias emociones, en lugar de trabajar con ellas de forma proactiva y consciente.

Dicho esto, debido a la ventaja femenina en «Mejorar la alfabetización emocional» y «Aplicar el pensamiento consecuente», lo más probable es que la ‘Señora Promedio’ tenga la capacidad de comprender y evaluar mejor las emociones que el ‘Señor Promedio’. Así que, aplicando estas fortalezas, las mujeres podrían avanzar más rápidamente hacia el liderazgo.

«Aumentar la empatía» es otra área donde las mujeres están obteniendo valores más altos, algo que se alinea con las expectativas sociales. En el lugar de trabajo, esto se traduce en una ventaja competitiva importante en la capacidad de influir y comprometer a los otros.

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Dentro de la muestra global, 6.236 encuestados ocupan un puesto de liderazgo senior (40% de ellos son mujeres). Debido a que la inteligencia emocional ya se correlaciona con el éxito profesional, sabemos que las personas en roles de nivel superior tendrán generalmente una IE más alta, algo confirmado en este conjunto de datos. En términos de IE general, la brecha de género se amplía del 1% a casi el 2% a favor de las mujeres líderes en puestos más avanzados.

En «Mejorar la alfabetización emocional» y «Aplicar el pensamiento consecuente», la brecha de género entre los líderes crece, lo que sugiere que las mujeres líderes son especialmente perspicaces en el dominio emocional y aún más cuidadosas en sus respuestas (en comparación con la población general).

Una de las áreas que parece estar más fuertemente ligada al progreso profesional es «Perseguir objetivos», la capacidad de traducir los propósitos en acciones.
La dinámica también está cambiando en «Ejercitar el optimismo», una competencia que facilita un enfoque proactivo, orientado a las soluciones. Entre la población general, las mujeres no están significativamente por delante de los hombres. Entre los líderes, sin embargo, la brecha se ensancha a favor de las mujeres por más de un 1,6%. Esta se convierte en la segunda competencia más alta entre las mujeres líderes, proporcionando un recurso para la solución de problemas y la generación de energía.

La única área en la que los hombres están empezando a cerrar la brecha es «Aumentar la empatía». En la población general, los hombres puntúan por encima de un 3% menos que las mujeres, pero entre los líderes la diferencia se queda en un 2,6%. Esta es también una de las zonas de más baja puntuación para los líderes masculinos, lo que sugiere la existencia de una notable área de mejora y una importante oportunidad para destacar para los relativamente pocos líderes masculinos empáticos.

Las habilidades de la inteligencia emocional son cada vez más importantes en un mercado cada vez más complejo. Los hombres que quieran competir, sobre todo en puestos de liderazgo, deben aumentar la conciencia de sí mismos y reducir la impulsividad.
Por otro lado, a medida que el valor de la inteligencia emocional sigua siendo más reconocido, las mujeres tendrán una evidente ventaja competitiva y una importante oportunidad para la creación de valor añadido y de lugares de trabajo donde las personas prosperen.