Esta mañana mientras iba para el despacho escuchaba una emisora de
información que se amanecía con algunos de los datos de la auditoría interna
del Palau de la Musica.
NO ME PUEDO CREER que nadie se diera cuenta ni pensara que los viajes a
Maldivas, Polinesia, Camboya, Dubai y otros destinos exoticos del «capo» no
eran de trabajo sino de placer. Que un salario anual de UN MILLON DOS
CIENTOS MIL EUROS esta «ligeramente» por encima del salario de mercado que
corresponde al puesto. Que la boda de la «nena» normalmente la paga «papa»
no la empresa.
Y sin ir tan lejos ni tan tremendamente grave, ilegal e infamante cuando
tenemos un mando intermedio que se carga al equipo de verdad, que insulta,
falta, maltrata pero lo sostenemos y apoyamos porque nos consigue los
resultados aunque sea con malas artes.
Y luego, cuando salta el pastel nos llevamos todos las manos a la cabeza y
decimos bien fuerte QUE BARBARIDAD, ESTO ES INACEPTABLE.